Voy hablando, voy deshablando. Como tejido, como enredadera, como música de pueblo.
Me retiro para seguir. La continuidad como tiempo y como espacio, el cariño ante todo. En el fondo de todo la pertenencia, siempre ahí, en sus miles de climas.
Y todo se sacude aunque parezca que no. La superficie también tiembla. Volver. Vuelve la historia, pequeña y grande, la que parecía olvidada. La dura y la suave.
La terrible. La restauradora. Volver en sí, volver a dónde, volver una y volver tantos y tantas. Sacudirse pero después tomarse el tiempo de sentir cómo todo vibra por dentro y por fuera.
Así se agita todo y decanta. Me voy del Sur que retumba hacia el Sur del Norte. Otro Sur. Los sures. Somos camino, somos balanza, somos sutileza, somos.
Qué te da un lugar, qué es necesario reponer, quiénes acompañan, qué hacemos. Lo que ya hacemos es piedra angular.
Ahí donde perdemos la vista continuamos, pues se vislumbra y escucha algo. (Argentina, octubre 2019)